La preservación y cuidado de la infancia es fundamental para cualquier sociedad.
Toda la infancia. Sin importar géneros.
Pero la realidad nos indica que no sucede así.
El nacer niño o niña está determinando sus oportunidades para tener acceso a educación, salud y protección.
Y ellas lo tienen francamente peor. Niñas (y mujeres) se siguen enfrentando a nivel mundial a desventajas en distintos ámbitos: educación, salud, participación política, oportunidades económicas y de empleo… amén de importantes y graves amenazas sobre sus derechos, su seguridad y su bienestar.
Y es tremendamente injusto. Es indispensable tratar de modificar lo que sea necesario para que puedan vivir en un mundo en el que se las tenga en cuenta, se invierta en ellas, para que se conviertan en adolescentes y adultas motivadas y que puedan gozar de reconocimiento.
Antecedentes
Conferencia Mundial sobre la Mujer en Beijing (1995). Los países adoptaron por unanimidad la Declaración y Plataforma de Acción de Beijing ( el plan más progresista jamás realizado para promover los derechos, no sólo de las mujeres, sino también de las niñas). Esta Declaración de Beijing es la primera en llamar específicamente a los “derechos de las niñas”.
Se celebra desde 2012
La Asamblea General de Naciones Unidas, adoptó la resolución A/RES/66/170 (19/12/2011) para declarar el 11 de octubre como el Día Internacional de la Niña.
Objetivos fundamentales de la conmemoración:
- defender los derechos de todas las niñas del mundo y brindarles apoyo.
- concienciar a todos/as sobre las terribles situaciones y problemas que les toca vivir, y los desafíos a los que se enfrentan, únicamente por su género.
- recordar la enorme importancia del papel de las niñas en la actualidad.
De acuerdo con los datos de Unicef y Naciones unidas todavía, a día de hoy, las niñas sufren graves situaciones de violencia y desigualdad en todo el mundo:
- El impacto de la pandemia está afectando de manera desproporcionada a las niñas, adolescentes y mujeres. Se han puesto de manifiesto las desigualdades estructurales en todos los ámbitos (sanitario, económico, laboral, protección social, seguridad y corresponsabilidad en las tareas del hogar y de cuidados)
- La mitad de las niñas de entre 10 y 14 años dedican el doble de tiempo a las tareas domésticas que los varones de su misma edad.
- Únicamente 2 de cada 5 finalizan la Educación secundaria
- Unos 650 millones han contraído matrimonio antes de los 18 años.
- Se estima que 500 millones de mujeres no tienen instalaciones adecuadas para gestionar su higiene menstrual.
- Alrededor de 13 millones de chicas de entre 15 y 19 años han sufrido relaciones sexuales forzadas
- Más de 200 millones de niñas y mujeres en el mundo han sufrido la mutilación genital femenina y, cada año, más de 4 millones están en riesgo de padecerla (horrible práctica que atenta directamente contra la salud y los derechos de las niñas y las mujeres).
La inversión en la infancia desde una perspectiva de género contribuye a lograr resultados muy positivos para su desarrollo. Los derechos y el bienestar de niñas/os dependen también de los derechos y el bienestar de la mujer.
Si reciben apoyo efectivo durante la infancia y la adolescencia, las niñas tienen el potencial de cambiar el mundo, tanto como niñas empoderadas de hoy, como mentoras, trabajadoras, madres, emprendedoras, y líderes políticas y empresariales del mañana.
La inversión para ello pasa por la defensa de sus derechos, para que puedan disfrutar de un futuro más equitativo, en el que la mitad de la humanidad sea un socio igualitario para resolver los problemas del cambio climático, los conflictos políticos, el crecimiento económico, la prevención de enfermedades y sostenibilidad global.
La Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible y sus 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS ) adoptados por líderes mundiales en 2015, incorporan una hoja de ruta para que el progreso sea sostenible y nadie quede atrás.
Lograr la igualdad de género y el empoderamiento de la mujer es parte integral de cada uno de los 17 objetivos. Porque únicamente garantizando los derechos de niñas y mujeres en todos los objetivos llegaremos a la justicia y la inclusión, a economías que funcionen para todas las personas y a mantener nuestro entorno compartido ahora y para las generaciones futuras.
Por ello, alcanzar la igualdad de género real es una cuestión de derechos humanos y una condición previa para un desarrollo sostenible.
Las niñas, adolescentes y mujeres de todo el mundo reivindican su poder como verdaderas impulsoras del cambio social.
Aprovechemos este día para apoyar sus peticiones
Son nuestro futuro…
¡Feliz día a TODAS!