Según el informe que presenta Forética, las claves para entender la agenda empresarial de sostenibilidad son:

  • La sostenibilidad supera su primer invierno. Los mercados consolidan su apuesta por  los activos ESG

Durante el año 2023, la acción empresarial en materia de sostenibilidad no solo no se ha frenado, sino  que se ha acelerado. Cada vez más CEO y mayor número de empresas han adoptado compromisos ambiciosos en materia ESG. En España, sirva como ejemplo el desarrollo del Consejo Empresarial  Español para el Desarrollo Sostenible -una iniciativa que reúne a los máximos ejecutivos de las principales empresas en torno a la sostenibilidad- que ha visto duplicar el número de miembros durante el pasado año.

  • Desinflación regulatoria. Más animal spirits sobre los aspectos ESG puede ser beneficioso a largo plazo

Durante los últimos cinco años, hemos vivido una gran aceleración en Europa donde los elementos ESG han tenido un carácter protagonista. La nueva regulación ha elevado el listón a la hora de exigir a  empresas e inversores una mayor transparencia y gobernanza de los aspectos de sostenibilidad. Sin embargo, algunas piezas normativas han ido más allá de la capacidad de respuesta del sector privado. Esto ha conllevado, en ocasiones, la desviación respecto de las ambiciones iniciales de los programas regulatorios. Por ejemplo, se han establecido moratorias en la aplicación de requisitos (CSRD o SFDR), se ha producido un retraso de más de dos años en el desarrollo legislativo de la directiva de debida diligencia (CSDDD) e incluso hemos sido testigos del encallamiento de la taxonomía social de finanzas sostenibles.

2024 abrirá un nuevo ciclo político en Europa y Estados Unidos en el que, probablemente, se producirá un enfriamiento regulatorio. Este cambio, sin embargo, puede ser beneficioso si los reguladores aprovechan la ocasión para realizar ajustes que generen más impacto al tiempo que reducen la carga de cumplimiento normativo.

  • Inteligencia artificial Re-Generativa

2023 ha sido el año de la explosión de la inteligencia  artificial. El lanzamiento de ChatGPT ha mostrado una de las tasas de adopción de tecnología más rápidas de la historia, alcanzando el millón de usuarios durante sus primeros cinco días y multiplicándose por 100 durante  los cincuenta y cinco días posteriores. Este desarrollo exponencial ha generado una fiebre por la inteligencia artificial donde, prácticamente cada día, se produce un anuncio sobre nuevas aplicaciones comerciales en el ámbito de la IA. El gran éxito de la penetración de la IA a nivel retail ha incrementado exponencialmente las  expectativas, poniendo de manifiesto la inmensa capacidad de generación de oportunidades y, también, de enormes retos respecto a posibles usos malintencionados.

El alto impacto disruptivo de esta tecnología a nivel  social, ambiental y de gobernanza, hace que la  adopción  responsable de la inteligencia artificial (RAI) sea uno de los grandes caballos de batalla de la agenda ESG de las compañías durante la próxima década. La aplicación de la inteligencia artificial puede ser una gran aliada de la sostenibilidad. Desde el punto de vista de la gestión de impactos, la IA tiene un universo infinito de aplicaciones que pueden mejorar y acelerar los impactos positivos de las políticas de sostenibilidad.

  • Cruzando el organigrama

La sostenibilidad se ha ido tecnificando sustancialmente durante las últimas dos décadas, generado un mayor grado de especialización. Lo que antes era “gestión ambiental” se ha ido factorizando en elementos como la transición hacia las “cero emisiones netas”, la gestión del scope 3, naturaleza y biodiversidad, agua y circularidad. A nivel social, hablamos de “procesos de escucha”, upskilling y re-skilling, métricas de impacto y de derechos humanos. Lo que fuera gobernanza, ha ido cristalizando en comisiones de sostenibilidad en los consejos de administración, la cuantificación financiera de los “IROs” (impactos, riesgos y oportunidades), los procesos de doble materialidad, la debida diligencia y la integración de diversos estándares de reporte. Todo ello ha generado nuevos perfiles profesionales en las distintas parcelas de gestión. Sin embargo, la velocidad a la que se han incrementado las exigencias en materia de sostenibilidad ha puesto de manifiesto dos retos importantes. Por una parte, la escasez de talento en materia ESG, debido a que  la demanda de funciones y de profesionales ha superado sustancialmente la capacidad de la oferta, generando una guerra por el talento. Por otro lado, la necesidad continua de formación y actualización de conocimientos ante un universo temático en constante.

  • Adaptación. El clima presente de las generaciones futuras

Durante los últimos ocho años, la atención de los medios, la política y los mercados ha estado puesta de manera casi  exclusiva en la mitigación del cambio climático y, por tanto, en la reducción de las fuentes de emisión y la mejora de los sumideros y otras medidas de secuestro de GEI.

Estas estrategias son necesarias y es importante acelerar la acción para hacer realidad acuerdos como el recientemente alcanzado en la COP 28 que implican la “transición hacia el abandono de los combustibles fósiles”, triplicar la capacidad  de la energía renovable instalada, doblar su eficiencia energética y acelerar la financiación asequible para 2030.

Sin embargo, el agravamiento gradual de los fenómenos climáticos y las consecuencias del  calentamiento global que ya estamos registrando, hacen necesario redoblar la atención en las medidas de adaptación, especialmente en regiones como la mediterránea en la que sufriremos de manera más intensa dichos impactos. España es especialmente vulnerable en este sentido por su situación geográfica y características socioeconómicas. Algunos de los principales sectores de nuestra economía – agricultura, silvicultura, turismo o transporte- dependen de manera directa del clima y lo mismo ocurre con otros asuntos esenciales para nuestro bienestar como la salud humana, la biodiversidad, la vida en las ciudades o la vivienda, que se ven amenazados por los cambios de patrones climáticos.

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Fuente: Forética