En el Capítulo I tratamos los mensajes diferenciados “por colores” (azul/rosa).

En este Capítulo II hablaremos de la diferencia de trato entre niñas y niños desde su más tierna infancia (familia, guarderías, colegios…), que influyen en ellos/as, inculcándoles unos estereotipos de género que, sin darnos cuenta, incorporamos a nuestras creencias personales, e influye en nuestra actitud sobre la vida, nuestros comportamientos y nuestras expectativas.

 (Fuentes: Los chicos no lloran. Carol Ross y Sue Aske y distintas publicaciones basadas en datos de la UNESCO)

1.   Lenguaje utilizado con los bebés: apelativos diferenciados en función del sexo.

  • Niños: gamberro, tigre, tragoncete, machote, fortachón. Todos ellos refuerzan una conducta “ruda”.
  • Niñas: cielo, bonita, muñequita, cariño, amor, tesoro,  todos vinculados a la belleza, y a los sentimientos. Además, con ellas se habla más y se incrementa el contacto corporal y las sonrisas. También se las protege más, se las mira como más frágiles.

2.  Interacciones de familiares con menores: trato diferenciado.

  • Las niñas reciben más manifestaciones de protección, afecto y contacto físico (en todas las edades).
  • Las niñas sufren menos “castigos” físicos que los niños.
  • Se protege más a las niñas de las agresiones de sus iguales (máxime si son varones).
  • A las niñas se le permiten menos las conductas agresivas, mientras que a los varones se les permite participar más en juegos violentos.
  • Las posturas de dependencia son más toleradas en niñas que en niños.
  • Se muestra más inquietud ante los peligros físicos a los que se exponen ellas que ellos.
  1. Expectativas de padres/madres:  

    Los estereotipos de género afectan a esas expectativas para con sus descendientes, y en cómo sus progenitores les explican las diferencias en el desempeñoAlgunos estudios apuntan que padres/madres con frecuencia les explican la ventaja de los varones en el área matemática como competencias “innatas”, mientras explican el éxito de las niñas en la misma área como producto de su esfuerzo.

Estas creencias de género pueden explicar por qué muchas mujeres “temen” a los desafíos en matemáticas y “evaden” las carreras de Tecnología, Ingeniería, Matemáticas y Ciencia.

  1. Agenda de la Educación 2030. Fomento de la Igualdad de género

  • Importancia de incluir la perspectiva de género en la formación docente.

Aunque gran número de profesorado femenino incide en la posibilidad que en las escuelas se afronten con éxito los estereotipos de género y las prácticas diferenciadoras y discriminatorias arraigadas socialmente, la Agenda 2030 enfatiza en la necesidad de sensibilizar y formar al personal docente en esas temáticas.

También considera necesarias acciones para garantizar la equidad de género en las instituciones educativas, ya que existen desigualdades según los niveles, situación que se materializa en que los puestos directivos y de poder están mayoritariamente en manos de varones.

  • Expectativas del profesorado en función del sexo del alumnado:

El personal docente puede reforzar (explícita o implícitamente) los estereotipos de género, mediante la (des)enfatización del desempeño de niños/as en algunas áreas basándose en el género.

  • Rol del profesorado en el logro de aprendizaje de los/as estudiantes. El género del personal docente puede (entre otras cosas):
  • contribuir al acceso y/o permanencia del alumnado (en algunos países en los que las niñas tienen dificultades para acceder al sistema educativo por creencias de género, las instituciones tratan de vincular maestras mujeres para ofrecer entornos seguros y que ofrezcan confianza).
  • incidir en la forma de interaccionar de sus estudiantes: se ha comprobado que el personal docente trata de forma distinta a hombres y mujeres (fundamentalmente porque ellos suelen ser más inquietos y revoltosos) prestando más atención a los niños que a las niñas, y aplicando de forma diferente la disciplina
  • La intervención del personal docente es fundamental para evitar que los patrones sexistas se transmitan en las aulas. Es fundamental que en la educación se disminuyan los prejuicios asociados al género y la promoción del respeto mutuo entre niños y niñas, mujeres y hombres.
  • Razones por las que todavía no se ha logrado la igualdad de género en la educación.

Sobre el concepto “género”:  Como ya se dijo en muchos otros artículos del Gabinete, el género no es algo natural, no nacemos con él: se construye a lo largo de la vida, y la influencia de la sociedad es definitiva para el aprendizaje y desarrollo de mujeres y hombres.

El género se construye día a día en las interacciones socioculturales, que incluyen los contextos sociales y educativos.

El concepto de género también es de análisis social; el “análisis de género” se refiere al proceso de examinar el motivo de las diferencias entre mujeres y hombres, y como éstas se construyen y sostienen y aplican (por ejemplo, elaborando estadísticas desagregando datos por sexo).

Las relaciones de género son un componente esencial en la evolución sociocultural de una sociedad. Desde edades muy tempranas se socializa a niñas/os para que adopten los “ideales” de la feminidad y la masculinidad. Estas relaciones pueden ser más o menos equitativas, y se expresan en distintas formas de la vida cotidiana en presencia de los/as más pequeños/as (por ejemplo: la división del trabajo entre padre y madre, la dieta que siguen, los programas de televisión que ven….); todas esas acciones del día a día conllevan un mensaje de la sociedad, que fomentan y mantienen los papeles “tradicionales” de género.

Esto podría explicar porque todavía no se ha logrado la Igualdad de género en educación.

Para la UNESCO, la igualdad de género significa igualdad de derechos, oportunidades y responsabilidades para niños y niñas, mujeres y hombres. Las desigualdades de género constituyen un problema social complejo, multicausal y multifactorial, que requiere la atención del conjunto de la sociedad.

 Desafíos pendientes

(que son cambiantes, a medida que se modifican las demandas culturales y sociales, se configuran nuevos desafíos).

  • Nuevas masculinidades. Para los varones hay menor cantidad de programas asistenciales, menor insistencia en campañas de educación para la salud y el autocuidado y menor consideración, afecto, solidaridad y ternura.

A día de hoy, muchos grupos de hombres en diferentes países han adoptado una actitud reflexiva y se han planteado un nuevo modelo de masculinidad que rompe con los papeles roles tradicionales de género establecidos. Buscan la posibilidad de expresar libremente emociones y sentimientos sin el temor de no ser considerados “verdaderos hombres”; quieren participar activamente en la crianza de los/as hijos/as,  compartir el papel de proveedores para la familia sin estigma social, a la vez que pretenden la aceptación por parte del “mundo masculino” de lo diferente.

  • Brecha tecnológica. Existe el desafío (a nivel mundial) de atender la brecha de género frente a las TIC’S. Está comprobado que:
  1. las niñas y las mujeres disfrutan de un menor acceso a las mismas que los niños y los hombres
  2. los estereotipos de género y sociedad dictan que la tecnología no es para niñas o mujeres y que esta situación se presenta tanto en los países ricos como en los pobres
  3. mujeres y niñas cuentan con menos recursos e ingresos disponibles para utilizar las TIC
  4. las mujeres y las niñas, en muchos países, son analfabetas y carecen de acceso a la educación
  • Violencia de género. El hostigamiento y el acoso sexual son algunas de sus formas.

En general,  se tiende a suponer que en las universidades y en otras instituciones de educación superior la discriminación y la agresión contra las mujeres se presentan de forma poco frecuente. El tema es tan incómodo que durante muchos años ha sido considerado tabú y los estudios que hacen evidente la violencia de género en la educación terciaria, son duramente criticados. Las mujeres y los hombres que son acosados, sean empleados/as o estudiantes, experimentan un entorno negativo de trabajo y aprendizaje, y pueden tener miedo de informar acerca de los/as responsables, principalmente porque con frecuencia éstos/as se encuentran en posiciones de autoridad (Dirección, equipo docente…),

La importancia de educar en igualdad de género desde edades tempranas radica en el potencial de los niños y niñas. A estas edades (0-12 años) están libres de prejuicios, por lo que implementar una enseñanza igualitaria repercute en su desarrollo desde una perspectiva de género.

Este hecho favorece la interiorización de un comportamiento cívico en condiciones igualitarias y con una visión común, es decir, una actuación responsable en la sociedad en la que vivimos, donde por el hecho de ser hombre o mujer no debe establecerse la imposición de unos determinados roles sociales.

  • La igualdad y la coeducación es un camino que se debe iniciar en las familias y continuar en las escuelas.

Algunas medidas importantes: 

  • Evitar los contextos segregados (actividades diferentes para niños/as).
  • Eliminación de mensajes que defiendan las diferencias entre los hombres y las mujeres.
  • Promoción entre el alumnado de un análisis crítico de los mensajes sexistas, más o menos explícitos, a los que niñas y niños están expuestos desde que nacen.

Pues hasta aquí el Capítulo II.

En los siguientes seguiremos desgranando el origen de las desigualdades de género, y apuntando algunas medidas para evitarlo.