El ser humano está en continuo proceso de cambio y aprendizaje mediante el análisis de creencias, actitudes, valores y comportamientos, lo que nos permite evolucionar como personas y fomentar el cambio individual y colectivo.
Los primeros pasos para fomentar el cambio: aprender a escucharnos para saber escuchar, respetarse para saber respetar y aprender a decir no sin sentirnos culpables; y, sin duda, sensibilizar a toda la sociedad sobre la necesidad de un cambio del sistema patriarcal, en el que se asume como algo “normal” que:
- los hombres conserven la autoridad sobre la familia y el poder en los órganos de decisión
- las mujeres se vean abocadas a seguir manteniendo un estatus secundario
- se mantenga la división sexual del trabajo: el hombre trabaja fuera de casa y la mujer se ocupa de las tareas domésticas
- la doble jornada femenina (que cuando la mujer trabaja fuera del hogar siga asumiendo la responsabilidad del cuidado de la casa, la alimentación, la atención y cuidado de los hijos e hijas y personas dependientes, sin recibir a cambio ninguna contraprestación).
- para la mayoría de mujeres (trabajen o no fuera de casa), el tiempo dedicado a descanso o vacaciones no sean tales, y que se van obligadas a compatibilizar esos tiempos de “ocio” con las obligaciones familiares y domésticas.
Y, al estar “normalizados”, estos roles sexistas se van transmitiendo de generación en generación. Sabemos que estamos ante una tarea compleja, porque modificar el sistema patriarcal por un modelo más igualitario supone la cohabitación de los valores heredados con los nuevos.
Pero, como otras sociedades democráticas, en ese camino estamos
La Socialización tiene una gran influencia en la promoción y transferencias de valores, costumbres, normas y culturas para la educación de los/as menores. En la actualidad, en la sociedad española, a pesar de tener legislación específica sobre Igualdad de género, se siguen manteniendo actitudes sexistas, tanto en el ámbito familiar como en otras esferas sociales. Porque un marco legislativo no es suficiente para avanzar y conseguir un cambio social real que tenga como resultado una sociedad tolerante e igualitaria. Por lo tanto, además del cumplimiento de las leyes (como la LO 3/2007 para la Igualdad efectiva de mujeres y hombres), es necesario seguir trabajando en acciones encaminadas a:
- promover la parentalidad positiva y la corresponsabilidad
- modificar los comportamientos sexistas y machistas
- equilibrar la posición de las mujeres en nuestra sociedad (acciones positivas), acciones que contribuyan a la erradicación de la violencia de género
- educar en Igualdad
Las sociedades democráticas deben apostar por un modelo educativo basado en la Coeducación para la Igualdad, que asienta sus bases en el reconocimiento de las potencialidades e individualidades de niños/as bajo un prisma de igualdad.
¿Qué implica esta Coeducación para la Igualdad?
- Promover los valores de respeto y tolerancia, donde el padre y la madre toman las decisiones de forma conjunta y consensuada.
- Aprender a planificar y a mantener las normas negociadas.
- Aprender a resolver los conflictos mediante el diálogo, adquiriendo capacidades de negociación.
- Aprender a escuchar a los/demás.
- Comprender que cada miembro de la familia tiene su propia autonomía, su personalidad y su espacio.
- Ser corresponsables.
- Cuidar de las personas mayores, dependientes y de los/as menores.
- Conocer y proteger los derechos del niños y niñas para que puedan desarrollarse saludablemente y socialmente en condiciones de dignidad y libertad.
- Alimentación adecuada
- Educación y trato basados en la tolerancia, la amistad, la paz y la fraternidad
- Disfrute de juegos
- Recepción de amor y comprensión por parte de la familia
Recordemos:
- Cada miembro de la unidad familiar, (padre, madre, hijo/a, abuelo/a, etc.) tiene derechos y obligaciones que han de ir acordes a su edad.
- Asignar tareas igualitarias a los/as menores y que asuman sus responsabilidades desde la infancia conllevará que su estilo de vida, cuando sean adolescentes y personas adultas, sea más igualitario.
- La educación que cada niño/a recibe en su ámbito familiar la interioriza y la reproduce en el futuro, repitiendo el rol de padre o madre; por tanto, si su padre y su madre colaboran en el reparto de tareas, se respetan y fomentan el diálogo, podrán reproducir un modelo igualitario; por el contrario, si viven en un hogar donde en la relación existe la violencia, se reproducirá este modelo tanto en la adolescencia como en la edad adulta).
¿Se puede lograr el cambio?
“Una persona usualmente se convierte en aquello que cree que es. Si yo sigo diciéndome a mí mismo que no puedo hacer algo, es posible que termine siendo incapaz de hacerlo. Por el contrario, si tengo la creencia que sí puedo hacerlo, con seguridad adquiriré la capacidad de realizarlo, aunque no la haya tenido al principio”. Gandhi