Los costes de una mala salud mental para las personas, empresarios y empresarias y para la sociedad en general, son enormes. Las enfermedades mentales son responsables de una pérdida muy significativa de potencial oferta laboral, altas tasas de desempleo y una alta incidencia de absentismo por enfermedad y reducción de la productividad en el trabajo.
Los casos de depresión alcanzan en España el 18,7%, por encima de países como Italia (17,3%), Japón (17,3%) o la República Checa (11,8%). De hecho, el coste total de los problemas de salud mental en España es de un 4,2% del PIB (aproximadamente 45.000 millones de euros). En este contexto, según las estimaciones de McKinsey, invertir en salud mental de los empleados tiene un retorno económico para las organizaciones de 4,25 dólares por cada dólar invertido.
Como resultado, un número creciente de empresas realizan una apuesta cada vez más decidida por la salud mental de sus empleados, dedicando mayores esfuerzos. De acuerdo con el ‘Observatorio IBEX 35. Salud, Bienestar y Sostenibilidad en las empresas del IBEX 35’ elaborado por Forética en 2021, el 36% de las empresas del IBEX 35 contaban con algún programa específico sobre salud mental para empleados. El contexto actual parece indicar que las organizaciones reforzarán el desarrollo de programas estratégicos en este ámbito.
Fuente: FORETICA