La productividad es una capacidad que se mide en relación entre lo que se produce y los medios que se emplean, como son los recursos. Es por eso que en el Día Mundial de la Productividad decidimos poner el foco en cómo los hábitos productivos pueden marcar la diferencia a la hora de proteger los activos de una organización. Además, repasamos una serie de acciones que se promueven desde el ámbito de la seguridad de la información y que sirven para garantizar al máximo posible la productividad por el simple hecho de reducir la posibilidad de ser víctima de un incidente.
A continuación, destacamos una serie de acciones clave que fundamentalmente en el campo laboral deberían llevarse adelante y que contribuyen en la mejora de la productividad.

1. Realizar backup de la información

Contar con una copia de seguridad de toda la información necesaria para el correcto funcionamiento de una empresa permite que la productividad no se vea afectada (o no tanto) en caso de sufrir un incidente de seguridad que comprometa los sistemas de información.
Perder el acceso a archivos fundamentales podría tener consecuencias tan severas para la productividad que incluso pueden llevar a la quiebra de una empresa. De hecho, datos de un estudio realizado en 2016 aseguran que el 60% de las empresas que sufren la pérdida de información quiebran en seis meses.
Por último, además de realizar un backup de la información, es importante dedicar el tiempo suficiente para hacerlo correctamente (establecer una periodicidad, tener en cuenta el soporte, etc), ya que no hacer el backup de la manera correcta podría significar tanto la pérdida de la información como del tiempo.

2. Contar con una política de actualización de software

Similar a no contar con una copia de seguridad de la información de valor, no contar con una política de actualización que asegure la instalación de los parches de seguridad de las herramientas que se utilicen podría significar la exposición a un ataque o incidente de seguridad. Solo basta con recordar lo que ocurrió con el brote de WannaCry, un ransomware que explotaba una vulnerabilidad en Windows para la cual Microsoft ya había lanzado un parche de seguridad que lo mitigaba, pero que requería que los usuarios actualicen sus sistemas para instalarlo. Sin embargo, debido a que muchos equipos no llevaron adelante la actualización sufrieron las consecuencias del ransomware.
Es importante tener presente que todo software es susceptible de necesitar actualizaciones de seguridad. A través de estas actualizaciones, los fabricantes añaden mejores a los productos, corrigen errores y reparan fallos de seguridad. En este sentido, contar con la última actualización podría evitar ser víctima de un intento de ataque que busque robar información y/o credenciales.

3. Contar un plan de respuesta a incidentes

Contar con plan de respuesta a incidentes implica tener herramientas para tratar de lograr recuperar el funcionamiento normal de una empresa en el menor tiempo posible, de forma que no se vea perjudicada la productividad; así como su imagen u otras consecuencias como las que puede surgir a partir de ser víctima un incidente de seguridad. En este sentido, esta herramienta que generalmente forman parte de un Sistema de Gestión de Seguridad de la Información, funciona como un lineamiento de los pasos a seguir para responder de manera adecuada en diferentes escenarios en los que los datos de una empresa estén en riesgo.
En el siguiente artículo, el investigador de seguridad de ESET, Camilo Gutiérrez, ofrece algunas recomendaciones que deberían tenerse en cuenta para mejorar el Plan de Respuesta a Incidentes.
Por otra parte, desde Academia ESET también se ofrece un curso online gratuito de gestión de respuesta ante incidentes de seguridad que será de ayuda.

4. Llevar adelante capacitaciones de seguridad

La capacitación es clave para evitar incidentes de seguridad, ya que el ser humano es el eslabón más vulnerable en toda la arquitectura de seguridad de una organización. Según datos publicados a fines de 2018 de un estudio realizado por IBM, el 95% de las incidencias en ciberseguridad se deben a errores humanos. Teniendo esto presente y las consecuencias para la productividad que puede tener para una organización sufrir un incidente de seguridad, es que la capacitación se convierte en un pilar clave para disminuir el riesgo a incidentes. Por lo tanto, ofrecer las herramientas a los colaboradores para que aprendan a reconocer las técnicas de engaño utilizadas por los cibercriminales, como son las técnicas de ingeniería social, contribuye a disminuir los riesgos.

5. Configurar los accesos según el principio de menor privilegio 

Tal como explicó el investigador en seguridad de ESET, Miguel Ángel Mendoza, la estrategia de limitar el acceso a lo que es imprescindible, conocido como el principio del menor privilegio, se apoya en la idea de otorgar únicamente permisos cuando son necesarios para el desempeño de cierta actividad. De esta manera, dedicar tiempo y esfuerzo a este modelo reduce el grado de exposición a incidentes al reducir al mínimo posible los permisos de acceso. Sin embargo, se debe prestar atención a que esta limitación de los accesos no afecte las necesidades de cada profesional de la empresa, ya que podría afectar a la productividad de la misma.
Como conclusión, las acciones que tengan como objetivo la disminución de riesgos suponen una mejora para la productividad al reducir las probabilidades de que una amenaza atente contra el funcionamiento natural de la organización, aunque se deben llevar adelante de tal forma que las propias acciones no afecten de manera negativa la dinámica laboral.
 
 

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