Pasar de 49 a 50 trabajadores es un paso que muchas empresas españolas se plantean, pero que a la vez muchas retrasan debido al gran cambio que conlleva tanto a nivel legal como financiero.

Según datos del INE, el índice de supervivencia de una empresa pequeña es 9 años inferior al de una empresa que supere los 50 empleados. Pese a esto, sólo el 0’7% de las pymes españolas superaba en 2022 los 50 trabajadores.

Esto es debido al dilema que implica crecer o no crecer y los cambios que conlleva, que van desde la necesidad de aumentar la plantilla, contar con planes de formación e igualdad, el cambio en las cargas impositivas o la necesidad de contar con una financiación que respalde, con la mayor seguridad posible, este crecimiento, entre otras razones.

Ventajas pequeñas empresas: tienen mayor control sobre su negocio, menos trabas burocráticas o mayor flexibilidad a la hora de gestionar sus cobros y pagos.

Ventajas medianas empresas: pueden aprovechar las economías de escala, internacionalizar su negocio más fácilmente, optimizar sus costes y ser más competitivas y productivas, de ahí que el índice de superviviencia sea mayor que las de menor tamaño.