En el momento actual se considera demostrada la transmisión a partir de aerosoles. Los aerosoles son las gotas respiratorias de menor tamaño (< 100 micras) que también son emitidas por las personas infectadas y que quedan suspendidas en el aire por un tiempo elevado (desde segundos hasta horas). Estas pueden ser inhaladas a distancias superiores a 2 metros de la persona infectada e incluso en ausencia de la persona que las emitió.

En general el riesgo de transmisión por bioaerosoles aumenta en la distancia corta, en entornos cerrados y concurridos, especialmente mal ventilados, y cuando se realizan actividades que aumentan la generación de aerosoles como hacer ejercicio físico, hablar alto, gritar o cantar.

Según lo expuesto, minimizar la transmisión de la COVID-19 a partir de aerosoles no implica la necesidad de adoptar medidas de prevención complejas muy diferentes a las ya recomendadas, pero sí reforzarlas e incorporar algunas nuevas para evitar el contagio, en especial en los espacios interiores.

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Fuente: ISSGA