La transición hacia el logro de sustancias químicas más seguras y sostenibles está avanzando en algunos ámbitos, mientras que en otros se acaba de iniciar. Esta es la conclusión de la primera evaluación conjunta a escala europea de los factores impulsores y el impacto de la contaminación química, realizada por la Agencia Europea de Medio Ambiente (AEMA) y la Agencia Europea de Sustancias y Preparados Químicos (ECHA) recientemente publicada. La evaluación comparativa puso de manifiesto que aún queda mucho por hacer para reducir el impacto de las sustancias nocivas en la salud humana y el medio ambiente.

El número de productos químicos industriales examinados en virtud de la legislación de la UE sobre sustancias químicas para determinar su seguridad ha aumentado sustancialmente. Las autoridades tienen ahora mejor conocimiento de las propiedades peligrosas de las sustancias químicas que se utilizan en toda la UE, lo que ha dado lugar a la adopción de múltiples medidas para minimizar y controlar los riesgos de varios grupos de sustancias.

Según el informe de síntesis conjunto de la AEMA y la ECHA sobre el marco de indicadores de la UE para las sustancias químicas, el uso global de las sustancias químicas más nocivas (en particular las carcinógenas, mutágenas y tóxicas para la reproducción) sigue aumentando, pero a un ritmo más lento que el crecimiento global del mercado de las sustancias químicas. Está aumentando la presión para evitar el uso de las denominadas sustancias preocupantes y aplicar los principios del marco seguro y sostenible desde el diseño.

Es necesario garantizar de manera más eficaz que los productos de consumo no contengan las sustancias más nocivas, por ejemplo las sustancias químicas que son disruptores endocrinos, que afectan negativamente al sistema hormonal, o las sustancias persistentes, bioacumulables y tóxicas, que presentan un riesgo para los próximos años incluso después de haber cesado su uso.

Se necesitan más datos e información para comprender mejor la exposición humana y medioambiental a las sustancias químicas más nocivas y sus efectos. No obstante, los indicadores muestran claramente que la transición hacia unas sustancias químicas seguras y sostenibles debe continuar e incluso acelerarse.

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Fuente: europa.eu